martes, 28 de abril de 2009

POLITICA

EDUCACION PARA UN PAIS PLURICULTURAL Y SOBERANO, INTEGRADO POR CIUDADANOS PRODUCTORES Y COMPETITIVOS, EN UNA COMUNIDAD SUDAMERICANA DE NACIONES

I.- DIAGNÓSTICO

Hemos tenido y tenemos ahora notables experiencias de educadores e instituciones educativas para renovar nuestra educación. Sin embargo no logramos todavía superar la marca colonial y colonizadora de nuestra cultura y educación, que revela sus efectos negativos en las identidades contradictorias y excluyentes. Debido a una relación colonial, la cultura occidental acriollada mantiene su carácter agresivo respecto de las culturas y lenguas para el país y el mundo. Y, lo que es más grave, esa relación colonial deja su huella en la personalidad y conciencia.

La educación peruana sufre de crisis estructural: Ni sirve al desarrollo personal, ni mucho menos al desarrollo estratégico del país. Su práctica es un resumen de limitaciones sustantivas en cuanto a calidad, cantidad, equidad y pertinencia. Esta situación crítica se nutre de problemas de enfoque, de currículo, desempeño docente, condiciones de educabilidad, gestión institucional, probidad de los sujetos de la educación, infraestructura y materiales educativos, así como de volumen y gestión de recursos financieros.

Perdura una marca colonial y colonizadora de nuestra educación. Por ello, tiene rasgos como los siguientes;

- Es monocultural y homogenizante, en un país pluricultural. Desde el siglo XVI hasta ahora, el sistema educativo en general, consolida la relación cultural colonial. La república no canceló esa herencia. Extirpa saberes y valores culturales originarios para reemplazarlos por conocimientos generalmente superficiales de la versión hegemónica de la cultura occidental. Esto explica nuestras contradictorias y excluyentes identidades y la fragilidad de los intentos de construir una identidad nacional.

- Es academicista, no valora la vida productiva en función al desarrollo estratégico del país y pone en segundo plano el arte y el deporte.
El sistema educativo en todos sus niveles no construye en los estudiantes las diversas opciones de vida productiva. Son formados para abandonar cultura y geografías originarias y la educación básica no prepara ni certifica para salir a la vida productiva local y regional. Por eso la universidad es vista como única meta para mejorar ingresos y tener prestigio.

- Es repetitiva y libresca, ajena a la investigación científica y tecnología. En general, es pobre en la creación de conocimiento científico y tecnológico y, por eso mismo, aporta muy poco a la recuperación de nuestra variadísima riqueza cultural de conocimientos, tecnologías, biodiversidad, geografía y creaciones artísticas y religiosas. Ni siquiera las innovaciones validadas desde la práctica de los pueblos son asumidas como parte del saber social e históricamente acumulado.

- Es ajena a la ética y estética del gozo productivo de los pueblos originarios. Mantiene el enfoque que asocia siempre el esfuerzo productivo al dolor y al sufrimiento - “ La letra con sangre entra”. No investiga ni promueve los principios éticos y estéticos del sincretismo andino amazónico que asocia el esfuerzo productivo de nuestras viejas culturas - Allinta Munay (quiere bien, con ganas), Allinta Yachay (aprende bien) y Allinta Ruay (hazlo bien). con el gozo compartido que desata la energía creadora. Ética y estética que coincide con las mejores propuestas pedagógicas de otras culturas.

- Es una educación divorciada y desvinculada de la realidad social, porque lo que se enseña no responde a las aspiraciones e intereses de la comunidad. Por tanto, no contribuye al desarrollo local, regional y nacional.

- Desprestigio de la profesión docente y deterioro de sus remuneraciones y condiciones de vida. Mal seleccionados y peor preparados en universidades e institutos pedagógicos, el Estado reduce su demanda al cumplimiento formal de directivas y calendarios sin darles la oportunidad de hacerse cargo de sus instituciones educativas y responsabilizarse por el aprendizaje estudiantil como argumento profesional para que exijan mejores salarios y condiciones de trabajo. Los maestros y maestras no han sido formados para conjugar el derecho de los sujetos que enseñan con el derecho de los sujetos que aprenden.


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